Los abonos verdes son cultivos de rápida vegetación que se siembran con el propósito de ser incorporados al suelo antes de llegar a su madurez total. Esta práctica tiene múltiples objetivos: aumentar la materia orgánica, mejorar la estructura del suelo, fijar nitrógeno, y controlar la erosión.
Desde las civilizaciones antiguas como la griega y la romana hasta hoy, se ha reconocido su capacidad para enriquecer los sistemas agrícolas. Por ejemplo, en nuestra experiencia gestionando invernaderos de pimiento, hemos encontrado que la siembra de mostaza, soja, cebada y leguminosas como la crotalaria no solo mejora la estructura del suelo, sino que combate problemas específicos como nematodos.
Beneficios de los abonos verdes
- Fertilidad del suelo y ciclo de nutrientes
Los abonos verdes, en especial las leguminosas como la alfalfa y el trébol, fijan nitrógeno atmosférico mediante nódulos en sus raíces. Esto los convierte en una solución rentable y ecológica frente a fertilizantes químicos. Además, estas plantas movilizan nutrientes desde capas profundas del suelo hacia las superficiales, haciéndolos disponibles para cultivos posteriores. En sistemas de monocultivo intensivo, hemos observado cómo estas prácticas restauran el equilibrio de nutrientes y reducen la dependencia de insumos externos. - Mejora de la estructura y conservación del agua
Al incorporar abonos verdes en rotaciones, se incrementa la cantidad de materia orgánica en el suelo, mejorando su capacidad de retención de agua y reduciendo problemas de compactación. Esto es crucial en climas áridos, donde cada gota cuenta. Por ejemplo un abono verde de mostaza produce 4 kg de materia orgánica a por metro cuadrado (en una hectarea son 40.000 kg = 40 toneladas!) - Control de malezas y reducción de insumos químicos
Los abonos verdes forman una cobertura densa que suprime el crecimiento de malezas al competir por luz y nutrientes. También liberan sustancias alelopáticas que inhiben las semillas de plantas indeseadas. Nosotros recomendamos sembrar en otoño una mezcla de veza o almorta, centeno, y mostaza o nabo forrajero.
Rotación de cultivos y biodiversidad del suelo
Un aspecto esencial es la integración de los abonos verdes en las rotaciones de cultivos. Alternar cultivos con diferentes sistemas radiculares y necesidades nutricionales no solo optimiza el uso del suelo, sino que fomenta la biodiversidad microbiana. Una finca con monocultivo de cereal, por ejemplo, puede incluir trébol blanco y alfalfa como abonos verdes para mejorar el contenido de humus y reducir la compactación del suelo.
Estrategias prácticas para el uso de abonos verdes
Selección de especies
La elección depende de las condiciones locales. Para suelos arenosos, leguminosas como la lupulina son ideales por su sistema radicular profundo. En suelos más pesados, gramíneas como la avena proporcionan alta biomasa y reducen la lixiviación de nutrientes.
Manejo y momento de incorporación
Lo óptimo es segar estas especies justo antes de la floración, momento en el que alcanzan su mayor contenido de proteína (y por ende, de nitrógeno, ya que aproximadamente el 16% de la proteína es nitrógeno). Esto asegura que la mayor parte de los nutrientes estén en la biomasa aérea y listos para ser liberados al suelo.
Tras la siega, las plantas se pican y se dejan como cobertura en la superficie del suelo, aunque en algunos casos puede ser necesario incorporar ligeramente los restos al suelo para minimizar la pérdida de nitrógeno. La decisión final sobre cómo manejar estos aportes dependerá de las condiciones específicas del terreno y los recursos disponibles.
Impacto en la sostenibilidad agrícola
Los abonos verdes no solo son una herramienta para aumentar la productividad, sino que también incrementan los niveles de carbono en el suelo, reducen la erosión y permiten una transición hacia sistemas más resilientes. En los proyectos que asesoramos hemos constatado que integrar esta práctica reduce costos y aumenta la viabilidad a largo plazo de los suelos.
Conclusión
Los abonos verdes son una inversión inteligente para cualquier agricultor que busque sostenibilidad y rentabilidad. Con estrategias bien planificadas, estas plantas no solo nutren los cultivos, sino que regeneran los ecosistemas agrícolas. Si deseas aprender más sobre cómo implementar estas prácticas en tu sistema, te invitamos a explorar nuestros cursos en línea y dar el primer paso hacia una agricultura más sostenible.