Conoce a Chrysoperla carnea

Chrysoperla carnea

Hay insectos que pasan desapercibidos, pero cumplen una función vital en los ecosistemas agrícolas. Chrysoperla carnea, conocida popularmente como crisopa o dama verde, es uno de ellos.

Este pequeño depredador alado, con sus ojos dorados y alas traslúcidas, es un actor esencial en estrategias de control biológico y manejo agroecológico de plagas.

Qué es Chrysoperla carnea

Chrysoperla carnea es un insecto de la familia Chrysopidae, identificado como un depredador generalista. A diferencia de parasitoides más específicos, su rango de acción cubre una amplia gama de plagas.

Cuando la descubrí por primera vez, me sorprendió su capacidad de actuar con eficacia en sistemas agrícolas diversos. Se adapta especialmente bien a invernaderos, cultivos de tomate, berenjena, pimiento y plantas ornamentales.

La verdadera guerrera: la larva de crisopa

La fase adulta de la crisopa es elegante, pero no depredadora. La verdadera cazadora es su larva. Por algo se la conoce como el «león de los pulgones». En su etapa larval, esta dama verde puede consumir más de 100 pulgones diarios, además de trips, huevos de lepidópteros como Tuta absoluta y Spodoptera, cochinillas, mosca blanca y hasta ácaros en menor grado.

Es mejor aplicarla de forma preventiva, porque hemos aprendido que, en la naturaleza, suelen llegar tarde: solo acuden cuando la planta emite MvOCs (compuestos orgánicos volátiles) que las atraen. Por eso la clave está en adelantarse.

“El olor a crisoperlas llama a las crisoperlas: este es el principio”

Ciclo biológico de Chrysoperla carnea

El ciclo de vida de Chrysoperla carnea tiene cuatro etapas: huevo, larva, pupa y adulto. Los huevos, blanquecinos y diminutos, se depositan sobre pedúnculos que los separan del sustrato. En condiciones favorables (25 °C y humedad del 60–70 %), la larva eclosiona a los 3–5 días.

Las larvas pasan por tres estadíos, y son en todos ellos grandes consumidoras de presas. Luego se transforman en pupas, usualmente dentro de un capullo esférico, para finalmente emerger como adultos tras 7 a 14 días.

La duración completa del ciclo puede variar entre 30 y 60 días, dependiendo del clima y la disponibilidad de alimento. En ambientes con flores y refugios adecuados, su ciclo se estabiliza y se puede sostener población a largo plazo.

Qué comen las larvas de Chrysoperla carnea

Las larvas son depredadores voraces y oportunistas. Sus principales víctimas son:

  • Pulgones como Myzus persicae, Aphis gossypii o Macrosiphum euphorbiae
  • Huevos y larvas jóvenes de lepidópteros
  • Trips y larvas de mosca blanca
  • Cochinillas y ácaros en menor proporción

Este espectro tan amplio de plagas convierte a Chrysoperla carnea en una herramienta fundamental en el control biológico agroecológico. Además, su capacidad para adaptarse a diferentes escenarios es una ventaja frente a parasitoides más específicos.

Cómo atraer a Chrysoperla carnea al cultivo

Además de liberarlas directamente, existen métodos naturales para atraerlas y mantenerlas cerca del cultivo. Uno de los más interesantes y que aplicamos regularmente es el uso de tintura madre.

Se puede preparar una tintura madre (TM) de Chrysoperla carnea siguiendo esta metodología:

  • Capturar 2 o 3 individuos grandes y sanos, idealmente hembras.
  • Introducirlos en alcohol y dejarlo una semana en maceración.
  • Fumigar preventivamente sobre cultivos aún sin plaga para atraer crisopas y otros auxiliares.

Este preparado actúa como atrayente físico y como señal bioinformacional dentro del holon, anticipando el ataque de plagas.

Limitaciones en su uso

Aunque su eficacia está demostrada, existen limitaciones a considerar:

  • Los adultos no son depredadores, solo se alimentan de néctar o polen
  • Las larvas pueden practicar canibalismo si no hay suficiente alimento
  • Hay riesgo de predación entre auxiliares si se combina con otros organismos sin planificación
  • Es sensible a fitosanitarios, especialmente Bacillus thuringiensis, que puede provocar hasta un 78 % de mortalidad larvaria

Además, si se aplica demasiadas veces este preparado, puede atraer pájaros que se alimentan de crisopas, reduciendo así su eficacia.

Si hay exceso de nitrógeno en el sistema, habrá un aumento descontrolado de pulgones, lo cual también puede provocar un desequilibrio en la población de crisopas.

“Si tengo demasiadas crisopas es que me pasé de N”

Plantas compañeras y atrayentes

Las crisopas adultas visitan frecuentemente flores pequeñas y compuestas. Las plantas que mejor atraen a Chrysoperla carnea son: cilantro, eneldo, albahaca, caléndula, mostaza, girasol y trigo sarraceno.

Estas plantas, además de atraer a los adultos para que se alimenten de polen y néctar, emiten compuestos volátiles vegetales que incrementan la oviposición cerca de focos de plagas. También favorecen su establecimiento a largo plazo.

Sinergias con otros organismos

Chrysoperla carnea es compatible con otros enemigos naturales como Aphidius spp. (parasitoides) y con hongos entomopatógenos como Beauveria bassiana.

En nuestra experiencia, la TM de crisopa se puede combinar con otras como Coccinella septempunctata (mariquita) y arañas Salticidae para atraer un consorcio de depredadores a tiempo. Esta estrategia tiene el potencial de equilibrar naturalmente el sistema sin necesidad de intervenir con productos externos.

¿Chrysoperla carnea es venenosa?

No. A pesar de su voracidad como larva, ni la crisopa ni sus huevos o adultos son venenosos para humanos, animales o plantas. Es completamente segura para el manejo agroecológico.

Chrysoperla carnea: otros significados

Aunque no hay una carga simbólica tradicionalmente reconocida en la cultura popular, para muchos agricultores conscientes y ecológicos, la presencia de la crisopa simboliza equilibrio natural, limpieza energética del ecosistema y restauración del orden en el cultivo.

Hay quienes afirman que cuando las crisopas aparecen por sí solas, es señal de que el sistema está empezando a autorregularse.

Conclusión

Chrysoperla carnea es mucho más que un insecto bonito. Es una pieza clave en la agroecología y una aliada infalible cuando se sabe cómo atraerla, manejarla y respetar sus límites.

Aplicando preparados como los mencionados anteriormete y diseñando refugios florales, el control de plagas pasa a ser más inteligente y equilibrado. No esperamos a que la plaga aparezca, actuamos antes de que llegue, generando condiciones para que la crisopa haga su trabajo.

Si estás buscando avanzar hacia un sistema agrícola más consciente, resiliente y natural, dale un espacio a la dama verde.

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