Fauna auxiliar

insectos auxiliares

Qué son los insectos auxiliares

Los insectos auxiliares son aquellos que desempeñan funciones ecológicas esenciales dentro del agroecosistema. No son simples actores secundarios, sino protagonistas silenciosos que equilibran, protegen y sostienen la vida en los cultivos.

Entre los más conocidos están los depredadores como las mariquitas, crisopas y arañas, los parasitoides como Aphidius colemani y Trichogramma spp., y por supuesto, los polinizadores como las abejas y ciertos dípteros. Su acción puede determinar la salud de un huerto o el fracaso de una cosecha.

El rol de la fauna auxiliar en la agricultura ecológica

La fauna auxiliar cumple un papel estratégico dentro de nuestro cultivo. Por ejemplo al eliminar una avispa predadora como Sphecius speciosus permitimos la sobrepoblación de cigarras, rompiendo todo el equilibrio. Las avispas están trabajando para la ecología para equilibrar la población de chicharras.

Este principio se aplica también a arañas, crisopas, coccinélidos, ácaros depredadores como Amblyseius swirskii, o himenópteros parasitoides. Cada uno de ellos cumple un rol específico que no puede ser sustituido por insecticidas sin generar desequilibrios.

Beneficios de los insectos auxiliares

Los insectos auxiliares no solo ayudan a controlar plagas. También polinizan, mejoran la fertilidad del suelo, reciclan nutrientes y actúan como bioindicadores del estado del ecosistema.

Cuando un cultivo tiene buena presencia de fauna auxiliar autóctona, se reduce la necesidad de intervenciones químicas, y se incrementa la resiliencia del sistema. La agricultura deja de ser reactiva y pasa a ser preventiva, adaptativa y ecológica.

Cómo atraer insectos auxiliares

Una estrategia innovadora y profundamente ecológica es el uso de tinturas madre homeopáticas de insectos benéficos. Por ejemplo, preparados a base de Chrysoperla carnea o Coccinella septempunctata se utilizan no solo para repeler plagas, sino para atraer a sus enemigos naturales antes de que el ataque suceda. Además, existen otras formas más accesibles y complementarias:

  • Cultivo de flores nectaríferas como aliso dulce, girasol y umbelíferas.
  • Establecimiento de cubiertas vegetales espontáneas que sirvan de refugio y alimento.
  • Preservación de la vegetación natural alrededor del cultivo.
  • Reducción del uso de fitosanitarios que afecten a toda la cadena trófica.

Fauna auxiliar como herramienta de diagnóstico

La fauna auxiliar también puede servir como termómetro de salud del agroecosistema. La aparición de ciertas plagas, como áfidos o trips, puede indicar un exceso de nitrógeno. Superficies foliares blandas, por falta de calcio, atraen insectos con estiletes perforadores.

Así, las plagas no son el problema, sino el síntoma. El agricultor que observa entiende que la solución no está en matar, sino en corregir el desequilibrio.

Diferencias entre control biológico clásico y enfoque integrativo

El control biológico clásico promueve la compra y liberación masiva de enemigos naturales, a menudo exóticos. En cambio, un enfoque integrativo busca atraer y conservar la fauna auxiliar que ya existe en el entorno.

En nuestra experiencia, los insectos auxiliares no son simplemente una “herramienta de control biológico”, sino parte de un ecosistema complejo que se gestiona a través de procesos, no productos.

Agricultura regenerativa y fauna auxiliar

Trabajamos con la idea de atraer, conservar o reproducir las especies auxiliares que ya están adaptadas al hábitat. Por ejemplo, usamos extractos vegetales o diseñamos el entorno (cubiertas vegetales) que propician estos equilibrios.

El concepto de suelo vivo y “alimentar al suelo para que este alimente la planta” implica también atraer bacterias, hongos y fauna del suelo, como nematodos beneficiosos o ácaros depredadores. A la vez que se inocula microbiología autóctona, se construyen condiciones para que los insectos benéficos encuentren refugio y alimento.

La naturaleza no elimina, regula

La naturaleza nunca elimina algo por completo. Sempre va a preservar una pequeña parte de la plaga, porque es necesario para actualizar el material genético. En lugar de exterminar, la naturaleza regula. Por eso en sistemas regenerativos no buscamos erradicar una plaga, sino equilibrarla.

Manejo por señalización, no por exterminio

El manejo de plagas en nuestro sistema se basa más en desequilibrarlas que en erradicarlas. Usamos hormonas, metabolitos, enzimas, extractos que modulan los procesos biológicos del cultivo y de su entorno. Esto reduce la presión de plagas al mínimo y da ventaja a los auxiliares, que no se ven afectados por químicos de amplio espectro.

Ejemplos concretos de insectos auxiliares

  • Coccinella septempunctata (mariquita): devora hasta 100 pulgones diarios.
  • Chrysoperla carnea (crisopa): larvas conocidas como “leones de los áfidos”.
  • Aphidius colemani: parasitoide especializado en áfidos.
  • Amblyseius swirskii: eficaz contra trips, ácaros y mosca blanca.
  • Orius laevigatus: depredador generalista que ayuda en cultivos hortícolas.
  • Cryptolaemus montrouzieri (mariquita): muy eficaz contra cochinillas.
  • Aphytis melinus: parasitoide usado contra el piojo rojo de California.
  • Leptomastix dactylopii y Anagyrus pseudococci: enemigos del cotonet.
  • Citrostichus phyllocnistoides: introducido con éxito en la Comunidad Valenciana para controlar al minador de los cítricos​.

En horticultura protegida, Amblyseius swirskii, Orius laevigatus y Encarsia formosa se usan para combatir trips, ácaros y mosca blanca con excelentes resultados. Estas especies, seleccionadas para condiciones mediterráneas, han permitido disminuir el uso de insecticidas de amplio espectro​.

Además, estudios realizados en cultivos ecológicos de Florida comprobaron que la siembra de girasoles intercalados dentro de los campos atrajo mayor cantidad de insectos benéficos que las zonas de cultivo sin flores. Incluso a distancias de 1 metro ya se observaba una clara mejora en la abundancia de auxiliares​.

Estrategias para atraer insectos auxiliares y casos reales de éxito

Crear hábitats funcionales

Para atraer y conservar insectos beneficiosos no basta con tener biodiversidad al azar. Es necesario diseñar espacios con recursos específicos que alimenten, protejan y favorezcan a los insectos auxiliares. Esto incluye ofrecer refugios, microclimas, presas alternas y alimentos como néctar y polen. Plantas como el girasol, el aliso dulce (Lobularia maritima) y las umbelíferas son clave por su capacidad para alimentar adultos de crisopas y parasitoides​.

Los márgenes de cultivo con mezclas de flores específicas o zonas de vegetación no cultivada se convierten en “infraestructuras ecológicas” vitales para el control biológico. De hecho, se recomienda evitar el uso de plantas alóctonas que no estén bien adaptadas al clima local o que puedan ser reservorios de enfermedades​.

El valor del manejo del hábitat

La manipulación del hábitat es una estrategia clave. Consiste en modificar activamente el entorno agrícola para aumentar la supervivencia, fecundidad y acción de los enemigos naturales, lo cual incrementa la eficacia del control biológico de fondo​. Este enfoque se conoce como control biológico por conservación y tiene la ventaja de ser más sostenible, económico y adaptado a la fauna auxiliar autóctona. Es especialmente importante en sistemas como el mediterráneo, donde la presión de plagas es elevada y la dinámica agrícola es muy variable​.

Un ejemplo claro de ello es el uso de cubiertas vegetales en olivares, que actúan como refugio y fuente de alimento para crisopas, sírfidos y otros auxiliares, permitiendo reducir el uso de fitosanitarios de forma significativa​.

Medidas culturales que marcan la diferencia

El éxito de la fauna auxiliar no depende solo de qué especies se liberen, sino de cómo se maneje el sistema productivo. Adaptar la poda, mantener floración continua, evitar temperaturas extremas y usar fertilizantes adecuados multiplica la eficacia de los auxiliares.

Por ejemplo, en cultivos bajo invernadero se ha comprobado que la simple adaptación del calendario de poda y cosecha puede permitir una floración más constante, lo que beneficia la reproducción de ácaros depredadores y chinches como Orius​.

Educación, ciencia y agroecología

Enseñamos a estudiar papers, identificar plantas con propiedades bioactivas (insecticidas, fungicidas, etc.), y a convertir ese conocimiento en tratamientos que, además de ser efectivos, respetan la fauna auxiliar.

La agricultura regenerativa necesita ciencia, pero también necesita observación, escucha y humildad ante la complejidad del ecosistema.

Conclusión

Los insectos auxiliares no son aliados opcionales. Son parte del alma del sistema agrícola. Su presencia indica salud, diversidad y equilibrio. Su ausencia revela estrés, desequilibrio y dependencia de insumos.

Las estrategias más exitosas no son las que dependen de compras continuas de insectos, sino las que crean condiciones ideales para que la fauna auxiliar se instale, se reproduzca y actúe de forma natural. Esto se logra a través del manejo del hábitat, el uso de plantas atrayentes, la reducción de fitosanitarios y la observación agroecológica.

Desde nuestra visión, debemos dejar de ver a la fauna auxiliar como “solución técnica” y empezar a verla como parte intrínseca del cultivo. El mejor insecticida es una planta bien nutrida y un entorno biodiverso.

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