La Agricultura Regenerativa

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No es sorprendente que la agricultura regenerativa esté ganando terreno y sumando cada vez más adeptos. En los últimos años, tanto nuevas generaciones como agricultores con una mayor capacidad de observación han comprendido la urgente necesidad de restaurar y revitalizar la tierra que han heredado o adquirido. Se enfrentan a la realidad de trabajar con suelos que, en su mayoría, están completamente degradados, casi desprovistos de vida, lo que podríamos describir como «en coma».

¿Por qué la regenerativa es necesaria?

Este deterioro no ocurrió de la noche a la mañana, sino que tiene sus raíces en lo que se conoció como la Revolución Verde, un fenómeno que cobró fuerza en España a partir de la década de los 60. La llegada de nuevas tecnologías como las semillas híbridas, los sistemas de riego mecanizados, la fertilización sintética y los pesticidas se presentaron como soluciones milagrosas para aumentar la producción agrícola. A primera vista, estas innovaciones prometían mayor eficiencia, mayores márgenes de beneficio y una aparente modernización del sector.

 ¿Qué es la agricultura regenerativa?

La agricultura regenerativa es un motor de cambio. Su principio fundamental radica en que toda la energía que entra en una finca proviene directamente de la fotosíntesis de las plantas que crecen en ese lugar. Esto contrasta con la agricultura convencional, que depende en gran medida de la energía fósil, ya sea a través del uso de maquinaria agrícola o la producción de insumos como fertilizantes y fitosanitarios.

¿Cómo hacer agricultura regenerativa? ¿Cómo empezar?

Uno de los principales desafíos al asesorar a los agricultores sobre cómo implementar la agricultura regenerativa es la dificultad de adaptar las recomendaciones a la realidad del nivel de degradación de su suelo. Los técnicos y asesores suelen proponer acciones específicas, pero pocos se involucran realmente en el proceso de restauración de las tierras junto con los agricultores.

La estrategia, sin embargo, es siempre la misma: es tan importante regenerar el suelo como provocar un cambio en la mentalidad del propietario y del equipo técnico que trabaja en la finca. La razón es simple: la transición hacia la agricultura regenerativa no sigue un camino lineal y toma su tiempo, dependiendo del nivel de degradación del suelo.

Eliminar repentinamente el arado o la aplicación de fertilizantes tiene consecuencias desastrosas.

Debido a las prácticas agrícolas convencionales que se han heredado, los cultivos son completamente dependientes de los agricultores en términos de irrigación, nutrición y control de plagas y enfermedades.

Muchos agricultores a menudo buscan una receta simple para aplicar en su cultivo regenerativo, esperando encontrar «la respuesta», pero los problemas complejos requieren enfoques nuevos y formas de pensar innovadoras.

En la industrializacion de la agricultura ecológica ya se cayó en el error de subtituir insumos químicos por orgánicos, creyendo en producstos mágicos, que está llevando al fracaso a muchos agicultores que decidieron hacer la transición hacia la agricultura ecológica.

Enfoque regenerativo en la producción agrícola

El objetivo principal en la agricultura siempre ha sido obtener el mayor rendimiento posible, a menudo «echando lo que haga falta». La agricultura regenerativa sigue esta misma línea, pero con una diferencia: se trata de cultivar plantas saludables que no solo den altos rendimientos, sino que también tengan un fuerte sistema inmunológico, capaz de resistir enfermedades e insectos. De este modo, casi como consecuencia secundaria, se logra la regeneración de suelos agrícolas.

Los cultivos son biológicamente sensibles, y para obtener altos rendimientos que también aporten beneficios a la salud del suelo, las plantas deben ser gestionadas de manera distinta a los métodos tradicionales. Necesitan una biología adecuada en la rizosfera, el entorno que rodea sus raíces.

Cuando se observa el suelo sin plantas, no es más que roca descompuesta. Sin embargo, son las plantas, a través de la fotosíntesis y el secuestro de carbono, las que generan azúcares que, mediante sus raíces, alimentan la biología del suelo, formando materia orgánica y creando lo que consideramos un suelo saludable. En resumen, son las plantas sanas las que impulsan la creación de suelos sanos.

Mitos y realidades sobre la agricultura regenerativa

Es común que se planteen dudas sobre si es posible practicar la agricultura regenerativa mientras se sigue arando, usando plásticos para cubrir el suelo o sin utilizar cultivos de cobertura. La respuesta es , es posible. Aun en estos sistemas, se puede seguir construyendo materia orgánica y secuestrando carbono en el suelo, siempre que se ponga énfasis en la salud de las plantas.

Ejemplos de agricultura regenerativa en España

Existen muchos ejemplos de proyectos y asociaciones de agricultura regenerativa en España, incluso a gran escala, donde los agricultores pueden “ver para creer”, las prácticas clave y técnicas de la agricultura regenerativa:

– Labranza mínima: reducir el arado para mejorar la estructura del suelo y promover la biodiversidad de microorganismos, como bacterias y hongos regenradores de suelo.

– Cobertura vegetal permanente: mantener el suelo cubierto durante todo el año con cultivos de cobertura o residuos de cosechas para protegerlo de la erosión y mejorar la retención de agua.

– Rotación de cultivos y policultivos: alternar diferentes tipos de cultivos para mejorar la salud del suelo y reducir el uso de pesticidas y fertilizantes.

– Agroforestería: integrar árboles y arbustos en la finca para incrementar la biodiversidad.

– Ganadería regenerativa: el pastoreo gestionado de manera holística permite mejorar la fertilidad, así como regenerar el suelo naturalmente, acelerando los procesos de regeneración del suelo.

Ventajas y beneficios de la agricultura regenerativa

– Mejora la calidad del suelo, aumentando su fertilidad y resiliencia.

– Incrementa el contenido de materia orgánica, en forma de humus, mejorando la estructura del suelo y su capacidad para retener agua.

– Captura carbono, contribuyendo a mitigar el cambio climático.

– Favorece la infiltración de agua, recargando acuíferos y fuentes naturales en el subsuelo.

– Aumenta la rentabilidad agrícola a través de prácticas que optimizan el uso de recursos.

– Impulsa la economía local, fortaleciendo el tejido social y económico mediante la producción y consumo de productos locales.

La agricultura regenerativa es más productiva, resiliente y sostenible a largo plazo, además de un camino hacia un medio ambiente más saludable y sano para los seres humanos.

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